Diario del Martes 25.
Amanece en las Rotas,tambien conocido como el "Fresquito".La niebla surge desde lo mas profundo y lejano desde donde el mar se extiende,y tan solo deja paso un hilo de sol que toca apenas la arena,con el aire gelido que se atreve con la afilada roca.Con el aliento humeante y atento ante todo a la humedad sobre mi preferido asfalto,asi la llamo yo a mi querida arenisca y anaranjada,que delante de esta soberbia roca se atarean los problemas en blanquecinas sombras.Empieza a apretar el calzado para este caso,el mas viejo y holgado,el todo terreno que asi suelo tambien llamarlo.Todo se muestra silencioso,el mar,un perro que duerme y las gaviotas que esconden su pico bajo su apretado plumaje.Hay un momento como otros muchos que puedo notar el temblor,el temblor de mi,la agitacion de las manos para desacerme del exceso de ese polvo blanco,relajante y magico,e igual que la victima necesita a su vampiro,me vi necesitado de la misma roca y de su porosa superficie.Al culminar la mañana me di por satisfecho,un par de sacudidas para desacerme de la arena y del viejo magnesio,desvestirme y vestirme,tal como empezo,con una absoluta entrega y con un clamoroso silencio que en ocasiones,a causa del esfuerzo me encanto ir rompiendo.
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