El pasado miercoles le volvimos a echar el ojo de nuevo a Orihuela y su cueva,dos horas de carretera,era la unica diferencia hasta el momento que me dividia desde mi casa hasta el flamante muro,asi,que me puse en camino sin sospechar ni por un minimo instante que mas me valia echarme por delante unos dias a la contemplacion y,porque no!? Hasta un refrescante baño en el mar para liberar la tension del cuerpo que se fue acumulando a causa del esfuerzo y mi ansia por la fantastica roca de Alicante.Asi,que ya puesto en el ajo,me subi con Agustin a la dicha cueva,que como era de esperar,no me dio tregua alguna o mejor dicho,acuse tal cansancio reduciendo mi fuerza a la de una hormiga.Fui presa facil de mis ganas,una observacion un poco tardia a la fuera apunto de mi consumido cuerpo,y no me quedo otra,que tirarme a la vida contemplativa que me ofrecia la huerta de coliflores que se extiende en el lugar a sus anchas.
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