Es bien probablemente que en zonas del mediterraneo las temperaturas empiecen a desorbitarse o se distorsionen a lo alto,pues parece ser que nosotros sufrimos claramente un efecto contrario o el antagonismo del calor.No es que me de repelus decir que se me congelen los dedos en verano,pero es que los diez grados que hoy se registro en Gimmelwald bajo el agua cero que caia y los pies mas que encharcados hasta los tobillos fuese algo muy habitual,al parecer si lo es,pues no puedo recordar otro año que me alla empapado tanto para llegar al pie de via,pero lo mas extraordinario fue hoy a la vuelta,la senda se convirtio en un autentico caudal de agua sin contar la pendiente que ya era un autentico desafio mantenerse derecho sin bajar con el trasero sobre el fango un par de metros y que Rene le puso precio a quien los manchase a pagar una ronda.