Era jueves,parecia que nadie existia como si la tierra se los hubiera tragado a todos o a casi todos,o al menos eso me parecio despues de hacer un par de llamadas,unos me respondian -hoy no puedo,tengo que trabajar- otros -no estoy en el pais,estoy de vacaciones- y el resto -puedo pero muy tarde- Asi que mi dia libre parecia que solo iba a ser mio y solo mio,pense,que suerte tengo,un dia tan bonito casi era imposible desaprovecharlo.Me arme de valor,cosa facil pues nada parecia contradecirlo y me puse en camino hacia Lindeltal con todo el tiempo del mundo,me fui parando aqui,alla y me entretuve entre tanto paisaje,vacas y flores.Despues de casi una buena y estiradisima hora larga,llegue a Lindeltal como si fuese el primero que hubiera descubierto el lugar,era la primera del año y como todos los años el paso del invierno habia cambiado un poco el paisaje,un poco mas abrupto,un poco mas salvaje,cosa que le daba al lugar un toque misterioso,con sus sombras y sus luces colandose entre los nuevos tallos y los estiradisimos arboles buscando el sol.Me cole entre tanto misterio que esconde al otro lado y,por fin,llegue a la gran pared,sumergida en el bosque como escondida y escondido pase un maravilloso rato que sumadas a mi manera furon horas tanto como dias...
Bonita entrada!! nunca viene mal un día de dedicación personal, se disfruta de cosas que, en el rápido día a día, ni somos conscientes de que existen. Besitos!
ResponderEliminarA veces escapadas de este tipo resultan ser gratificantes y son un buen motivo para descubrir nuevas cosas y,como no,para pasar bonitos momentos con la naturaleza y con uno mismo...Besossss
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